Demetrio Pérez Jr.

Una mañana de verano de 1962 llegue a él, con una carta de mi padre y su hermano de logia Armando Barani, ambos en Cuba, y desde entonces establecimos una gran familiaridad.

Alla, en unos almacenes convertidos en templo, oficinas, refugio y talleres, fundó la Iglesia Episcopal de todos los santos, conocida entonces como la Catedral Episcopal Cubana...allí ofrecieron relocalizaciones, becas de estudio, jabas semanales de alimentos, consejería, calor humano y mucho más.

Su hogar, a escasas cuadras, carecía de llaves a su entrada, señal de la importancia que concedía a su compromiso humanitario, sirviendo de refugio para numerosas familias...  Allí compartió con su esposa de entonces, Lourdes Forest Salvador, gran pianista y educadora matancera, y sus hijos Max y Enrique ---hoy empresarios destacados--- y Miguel ---concertista prominente, cuya salud hoy compromete su vida, y por quien oramos.

Hasta en las paredes de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, una placa de gratitud a la posición solidaria de entonces, deja constancia de su labor con los rotarios cubanos que dirigía junto al Dr. José Manuel Vidana...

Cuando nuestros cubanos combatientes necesitaban su apoyo, allí estaba en primera fila en las salas y cortes para atestiguar la integridad de los enjuiciados... y si algo resume su patriotismo, pudiera ser la placa de bronce, en la Iglesia de la avenida 27, que sirvió de centro de reclutamiento para los cubanos que marcharon a Girón...

En su Iglesia surgió la obra grande de Grateli... Los matanceros allí honramos a los poetas, con el verbo inolvidable del Dr. Juan J. Remos... Santa Clara se lo disputaba en el cariño, y Santiago de Cuba también lo discutía, por su estancia familiar en esas regiones, por donde había desfilado, siguiendo primero a su padre, el Pastor Maximiliano Salvador...

Es graduado del Seminario Evangélico de Matanzas, contando con la influencia del maestro Alfonso Rodríguez Hidalgo, y se formo en las aulas de la Progresiva, de Cárdenas, entre otras instituciones... Su visión de expansión lo llevo a descubrir una propiedad en la Ave 27 de SW...

Una antigua Iglesia, totalmente abandonada, la cual transforma y embellece en lo estético para complementar lo que le sobraba en lo espiritual... Allí cumplió varios aniversarios de sus bodas pastorales, así como el grado de Reverendo Canónico que le otorgo la Iglesia Episcopal.

Allí enviudo, e inicio una nueva etapa, al contraer matrimonio con la cantante lirica Teresota Machado Salvador, una villaclarena, con quien compartió nuevos retos y logros, y quien lo acompaño en la marcha a la eternidad con toda dedicación y entrega, tocándole por mandato divino asistirlo en estos duros años de quebrantos e imposibilidades.

Muchas veces reunió en su templo a conocidas figuras de más de una docena de denominaciones, siendo pionero de los oficios ecuménicos, siempre anticipado a los tiempos. En nombre de sus familiares, convocamos al acto en su honor que se llevara a cabo mañana martes, a las ocho de la noche, en la Catedral Episcopal de Trinidad, una cuadra al este de Biscayne Boulevard y la calle 14... Al fondo del antiguo Hotel OMNI.

Hoy, con estas palabras de triunfo y de victoria de fe, decimos hasta luego a quien nos acompaño a despedir a nuestros padres y amigos... y a quien sabemos no nos olvidara en su ausencia, pues en su vida física de limitaciones finales, jamás faltó a un compromiso con nosotros.

Con su verbo en extinción o con su pluma reflejo del alma...! Aleluya, Max Ignacio Salvador ... no te olvidaremos!!!!